jueves, 10 de octubre de 2013

VASCULARIZACIÓN CUTANEA
La red vascular cutánea es muy abundante, si bien  se encuentra exclusivamente en la dermis. La epidermis carece de vascularización, ya que sus intercambios metabólicos se realizan por difusión a través de la membrana basal con la red vascular dérmica.
El aporte de sangre arterial se realiza a partir de las arterias subcutáneas que se localizan en la zona de unión dermo-hipodérmica. Estas arterias se subdividen en arteriolas que, a este nivel, forman entre si numerosos entrecruzamientos, conformando el plexo arterial dérmico profundo.
 
De este plexo profundo nacen arteriolas más finas que ascienden en sentido vertical hacia la dermis superficial, donde se entrecruzan nuevamente formando el plexo arterial dérmico superficial, del que nacen numerosos capilares responsables del aporte metabólico de las estructuras dérmica, pero también de la nutrición de las células de la capa basal de la epidermis, introduciéndose en el espesor de la papila dérmica, donde forma el asa capilar ya que el capilar arterial ascendente se continúa con el capilar venoso descendente.
  CIRCULACIÓN VENOSA
Transcurre de forma paralela a la circulación arterial, pero en sentido inverso. Los capilares arteriales se transformarán en capilares venosos una vez ocurridos los intercambios metabólicos, y seguirán su recorrido junto a los anteriores, pero en dirección contraria, constituyendo también un plexo venoso superficial o subpapilar, que se continúa en sentido vertical descendente con un plexo venoso profundo, que a nivel del unión dermo-hipodérmica confluye en las venas subcutáneas.



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